La tecnología redefine más profesiones

La tecnología se ha vuelto omnipresente, cruzando transversalmente todas las áreas de una organización. El smartphone y las aplicaciones que usamos, el diario que leemos, las películas y series que vemos y los productos que compramos tienen un denominador común: la tecnología.

Muchas profesiones y posiciones laborales están cambiando sustancialmente por el impacto de la tecnología, de hecho, la gran mayoría de las tareas que se realizan como parte del trabajo cotidiano ha cambiado en los últimos años. Y este cambio de herramientas, de procesos y de sistemas para hacer las cosas incide de manera directa en las habilidades que se necesitan de los trabajadores.

En este contexto, tener conocimientos sobre cómo funcionan las aplicaciones y sistemas, las redes sociales e incluso algunos conocimientos básicos de programación, son un plus que pueden ayudarnos a desarrollar nuestra carrera profesional, independientemente de nuestro campo de expertise.

Profesiones tradicionales como la medicina o la docencia y más modernas como las relacionadas al área de marketing o finanzas, son claros ejemplos de este fenómeno imparable.

Marketing

Performance, impresiones, CTR, CPC, conversiones, SEO y tantos otros términos del campo digital ganan terreno en las conversaciones cotidianas de los profesionales de marketing. El fenómeno es tal que las noveles gerencias de marketing digital ya compiten cabeza a cabeza por el protagonismo en las organizaciones con las tradicionales de marketing corporativo y de producto. El futuro parece estar claro en este caso: difícilmente un profesional pueda desarrollar su carrera en el mediano plazo en esta disciplina sin conocer, y dominar, las prácticas y herramientas que la creciente digitalización de la economía y el consumo trajo consigo.

Medicina

La tecnología siempre ha ido a la par del sector de la salud. Hoy en día, los avances científicos en la reconstrucción de tejido humano, las pruebas genéticas o la impresión en tres dimensiones de prótesis y dispositivos médicos marcan la tendencia de un mercado de tecnología médica que crece sin parar. Desde historias clínicas en la nube hasta operaciones remotas utilizando robots, son claros exponentes del impacto de la tecnología en esta profesión tradicional.

Educación

Las computadoras han llegado a las aulas hace tiempo. Incluso a la educación inicial. Ni que hablar de los smartphones en el ciclo secundario. Los alumnos se resisten a buscar materiales en la librería si pueden tenerlos, con un clic, en la bandeja de entrada de su e-mail. ¡Y muchos de ellos consideran el e-mail algo antiguo! Campus virtuales, sistemas de gestión áulica como Engrade o Schoology, proyectores, pizarrones interactivos, el creciente interés en los MOOC (acrónimo en inglés de Massive Open Online Course), las aplicaciones de gestión de cursos como ClassDojo, o de aprendizaje de idiomas, como DuoLingo ya son parte de las aulas y también de la educación no formal.

Finanzas

Si han escuchado hablar del BitCoin o Fintech, ya saben de lo que estamos hablando. La demanda no parará de crecer en la medida en que los individuos del mundo globalizado gestionen sus finanzas a través de celulares y computadoras, la tecnología está cambiando de raíz la industria misma, y con ella la formación y habilidades del talento que demandan las compañías del sector. Adelantándose a este crecimiento exponencial, universidades como Boston y Wharton ya ofrecen programas de grado en tecnología financiera.

Como emergente de este fenómeno, el desafío del trabajo del futuro empuja una mayor demanda de perfiles con formación en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM, por su sigla en inglés).

¿El futuro? Todo indica que se profundiza el cruce y la simbiosis entre las profesiones  tradicionales  y la tecnología. ¿Por qué no imaginar a abogados, escritores o biólogos “tech”, que utilizando programación, algoritmos, big data y aplicaciones, redefinen y potencian su trabajo?

¡Chau nervios, hola nuevo trabajo! Lo que tenés que saber antes de una entrevista

Transmitir confianza y seguridad en una entrevista de trabajo, puede ser clave para tu éxito profesional. Te contamos de qué manera gestionar los nervios, reforzar tu autoestima y transmitirle al entrevistador que sos la persona apropiada para el puesto.

Más de una vez habrás escuchado que es importante fortalecer nuestra autoestima para diferentes aspectos de la vida. Por ejemplo, mejorar nuestro estado físico y anímico, rendir un exámen y por supuesto, cuando estamos buscando empleo.

Nuestra autoestima juega un rol fundamental en las entrevistas laborales, ya que es la valoración positiva o negativa que tenemos sobre nosotros mismos. ¿Cómo podemos transmitir confianza si no tenemos autoestima? Por supuesto, fortalecer nuestra autoestima es un trabajo interno que lleva tiempo, pero hay algunos consejos que podemos darte para que al momento de una entrevista puedas gestionar mejor tus nervios y salgas a comerte el mundo. 

3 consejos para transmitir confianza en una entrevista de trabajo

  1. Olvídate de tus competidores: Es muy usual que cuando nos estén entrevistando, pensemos en nuestros competidores y eso nos haga sentir inseguros. Estas comparaciones e inseguridades personales pueden paralizarnos en el momento menos oportuno. Por eso, cuando estés en una entrevista de trabajo, concentrate en todo lo que vos sabés hacer. No importa el resto: no hay nadie en el mundo que tenga tu misma personalidad e impronta. Y aunque a veces cueste verlo, es esa personalidad la que te va a hacer llegar al puesto ideal para vos. Entonces, cuando estés frente a un reclutador, no tengas miedo de mostrarte tal cual sos y enfocate en lo que tengas para aportar, sin pensar en tus competidores. Además, siempre acordate de que si te llamaron para la entrevista es porque justamente encajás dentro del perfil que están buscando. ¡Es momento de darlo todo!
  2. Sentite cómodo con tu imagen: Está comprobado que si nos sentimos cómodos con nuestra imagen, nuestra autoestima y confianza se elevan. Esto no quiere decir que tenés que vestirte súper formal o con un estilo distinto al que usas habitualmente sólo para impresionar. Pero es importante prestar atención a los códigos de vestimenta de la compañía en la que te vas a presentar para no desentonar. Lo fundamental es que te sientas cómodo con vos mismo y adaptes tu estilo a la filosofía de la empresa. Usa el sentido común o fijate si podés pedir referencias de otras personas que trabajen allí, y todo va a estar bien.
  3. Sacale importancia a la situación: Ya sabemos que una entrevista de trabajo puede resultar muy significativa dependiendo del momento que estés atravesando en tu vida. Quizás estás hace mucho tiempo sin trabajo y esa situación te angustia, o querés cambiar de empleo y te da miedo. Todos estos factores hacen que las entrevistas laborales tengan mucho peso emocional y pueden generar inseguridad. Frente a esto, el mejor consejo que podemos darte es que cambies la perspectiva. Sabemos que no es sencillo, pero es importante que trates de quitarle peso a la situación. No hay nada definitivo en una entrevista de trabajo y podés aprovechar esa situación para tener una conversación relajada que te ayude también en futuras entrevistas, sin importar el resultado de la misma. Si pensás la entrevista como una charla en lugar de pensarla como un examen que tenés que aprobar sí o sí, vas a ver que todo va a fluir de otra manera y te vas a sentir más cómodo y confiado.

¿Cómo buscar trabajo según tu carrera elegida?

Muchas veces elegimos una carrera universitaria, sin tener muy en claro en qué ámbitos podemos aplicarlo. Te damos algunos tips para que puedas conocer los distintos ámbitos de aplicación sobre diversas carreras.

Cuando terminamos el secundario y elegimos una carrera universitaria muchas veces lo hacemos sin tener del todo claro qué es lo que queremos hacer realmente. Puede pasar que una vez que tenemos el título, comenzamos a buscar empleo en lo nuestro y ninguna propuesta se amolda a lo que realmente queremos. 

Frente a esto, lo más importante es no frustrarnos y probar. Sabemos que a veces puede ser angustiante, ya que llevar adelante una carrera universitaria requiere mucho tiempo y esfuerzo. Sin embargo, hoy en día el mercado laboral es muy flexible e interdisciplinario. Esto es una ventaja porque podemos haber estudiado una cosa y terminar trabajando en un ámbito en el que nunca nos imaginamos.

Según una encuesta realizada por Bumeran el 71 % de los estudiantes que trabajan lo hacen en un área diferente a la de sus estudios. Esta encuesta se realizó con personas de Perú, Panamá, Chile, Ecuador y Argentina. Argentina es el país de la región en el que menos personas trabajan de lo que estudian. 

Vamos a ver algunos ejemplos. 

Estudié Comunicación Social, ¿y ahora qué?

Cuando le preguntas a una persona qué estudia y te dice “Comunicación Social” lo primero que se te viene a la mente es “Ah, periodismo, ¿no?”. Bueno, en realidad muchos chicos comienzan estudiando esta carrera con la idea de dedicarse al periodismo. Sin embargo, esta disciplina es muy amplia y puede ayudarte a conseguir trabajo en áreas muy variadas que muchas personas ni se imaginan. Por ejemplo, los Licenciados en Comunicación Social pueden trabajar dentro de todo lo que es producción en programas de televisión, radio, publicidad o incluso en plataformas de streaming o producción de eventos. ¿Por qué no?.

También pueden desempeñar distintos roles dentro de los medios de comunicación digitales. Por ejemplo, trabajar como community manager o social media manager generando estrategias de comunicación digitales de una empresa o pyme. O incluso, pueden dedicarse también a la publicidad, ya sea en medios digitales o en los medios de comunicación tradicionales. 

¿Y si estudié Administración de Empresas?

Otra carrera que tiene muchísima salida laboral es Administración de Empresas. Se piensa que quienes estudian esta carrera, van a trabajar exclusivamente en un banco o como gerentes. En la práctica esto no es así y las posibilidades son muchísimas. Una persona formada en Administración de Empresas puede trabajar como gerente de ventas, supervisando al equipo de vendedores de una empresa y sus resultados. 

O también como analista financiero o analista en investigación de mercado que es el encargado de analizar los números de la empresa y el mercado. Investigan quiénes son los clientes, qué productos o servicios buscan, cuáles son sus comportamientos de compra y de esa manera ayudan a las empresas a tomar decisiones más estratégicas.

Con la revolución digital, los administradores de empresas también se han capacitado para ejercer como paid media manager. Es decir, se encargan de gestionar las campañas publicitarias en redes sociales y Google, distribuyendo presupuestos y optimizando la inversión del mismo. 

¿Cómo hacer para reinventar mi vocación?

Estos son sólo algunos ejemplos para que veas cómo de acuerdo a tu campo de estudio hay muchísimas opciones y oportunidades de trabajo. Si sentís que te equivocaste de carrera y no tenés muy en claro a qué podés dedicarte, ¡no te desesperes! Seguramente, si buscás ayuda y consultás con profesionales u otras personas que hayan estudiado lo mismo que vos, vas a encontrar un área para desempeñarte que te motive y entusiasme. Además, no debemos olvidar que hay muchísimas carreras universitarias que nos sirven de base para después seguir especializándonos en áreas que sean de nuestro interés.

Algunas formas de saber en qué ámbitos de trabajo podés desempeñarte de acuerdo a lo que estudiaste pueden ser: 

  • Investigá dónde trabajan otras personas que hayan estudiado lo mismo que vos. ¡Animate a escribirles! Van a poder darte consejos y contarte como fue su recorrido, algo que seguramente te servirá de inspiración para dar el paso que estás necesitando. 
  • Revisá nuestro portal, vas a poder ver qué empleos aparecen al buscar tu carrera. Quizás alguno te sorprenda. 
  • Pensá en qué rubro te gustaría trabajar y armá una propuesta personalizada en base a tu especialización. Por ejemplo, estudiaste para ser contador pero no querés trabajar en un estudio contable y te gusta el cine. Quizás podés trabajar en una productora de cine, ayudando a gestionar presupuestos y llevando las finanzas. 

Sueldo neto y sueldo bruto: ¿Conocés sus diferencias?

Es importante conocer la diferencia entre los términos neto y bruto a la hora de empezar a trabajar. Al momento de la contratación, las empresas suelen expresar el sueldo en términos brutos. Por este motivo, es necesario conocer cuales son las deducciones a las que se está sujeto por ley, para así tener en claro la cantidad de dinero en mano que se percibirá cada mes.

Sueldo bruto: es la cantidad total de dinero que se paga sin tener en cuenta las deducciones generalizadas fijadas por ley.

Sueldo neto: es el dinero que se deposita en la cuenta a fin de mes una vez aplicadas las deducciones de ley, aquel que el trabajador realmente percibe.

Las retenciones al sueldo bruto, denominadas deducciones de haberes o deducciones de ley, son las siguientes:

Jubilación:

Se deduce un 11% del sueldo como aporte jubilatorio. Es una deducción destinada a generar un fondo de ahorro para cuando decidas jubilarte. El dinero es retenido por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que es el sistema jubilatorio que rige actualmente en Argentina.

Obra Social:

Se descuenta un 3% en concepto del descuento que se realiza por servicios de salud, para que puedas tener acceso a asistencia médica en caso de accidente o enfermedad. La empresa lo retiene y, luego, deposita este monto en la AFIP que destina un porcentaje de este a la Administración Nacional del Seguro de Salud.

Descuento INSSJP:

Se trata de una deducción del 3% destinada al Instituto Nacional de Seguridad Social para Jubilados y Pensionados (INSSJP), más conocido como PAMI. Provee atención médica integral a adultos mayores.

Cuota sindical:

Dependiendo de si la empresa está sujeta a un convenio o el trabajador a un sindicato, se deduce entre un 2% y un 4% que se destinan a cada agrupación sindical o gremio. No es obligatoria.

Ejemplo:

Si tu sueldo es de $25.000 en bruto, las deducciones deberías calcularlas de la siguiente manera:

Obra Social + Descuento INSSJP + Jubilación = deducción total de haberes

(25.000 x 0.03) + (25.000 x 0.03) + (25.000 x 0.11) =

750 + 750 + 2832,5 = $4332,5 (esta es la cantidad de dinero que te descontarían)

25.000 – 4.332,5 = $20.667,5 (este sería tu sueldo neto)

A las deducciones de ley se encuentran sujetos todos los trabajadores. Según una gran cantidad de factores, la persona que trabaja deberá pagar o no el impuesto a las ganancias.

Impuesto a las ganancias de cuarta categoría:

Es un impuesto que se grava por aquellas ganancias que se obtienen por el trabajo personal en relación de dependencia a partir de ciertos montos. De acuerdo al artículo 23 de la Ley de impuesto a las ganancias, las personas sujetas a este gravamen tendrán derecho a deducir de sus ganancias netas en caso de ser residentes en el país, tener hijos y/o un cónyuge, pagar un crédito hipotecario, un alquiler, un seguro de vida o una cuota médica, entre otras deducciones que pueden realizarse. Las deducciones se realizan sobre la ganancia neta que queda luego de restarle a los ingresos las deducciones generalizadas fijadas por ley. Año a año, hay un ajuste automático respecto de las escalas y deducciones de acuerdo al índice anual de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).